ECONOMÍA NARANJA: Valor y riqueza, empleos e impacto social

Resumen

El color naranja considerado sagrado y distintivo de la realeza en muchas culturas del mundo, también posee una fuerte conexión con la expresión emocional del ser humano y actualmente es un color que se asocia a lo creativo y la cultura. La economía que es el estudio del manejo de los recursos, que son escasos para el beneficio de la humanidad al producir servicios y productos, ha incorporado la creatividad del capital humano como un factor de crecimiento económico.

La economía naranja, economía creativa o economía cultural, es el conjunto de actividades creativas que utilizan como medio de expresión el arte, la cultura y la innovación y consiguen producir crecimiento económico, generación de empleo e impacto social a través del ejercicio de sus operaciones comerciales.

Las actividades que pertenecen al mundo naranja se caracterizan por tener un alto grado de componente artístico en comparación con otras economías. La creatividad constituye un elemento esencial que, aunado con los bienes y servicios convencionales, brindan paso a la aparición de nuevos productos conocidos como «bienes y servicios creativos», que además de la creatividad poseen un contenido artístico y cultural.

Las industrias que tienen como fin primordial la cultura, creatividad y arte generan USD 2 250 millones al año, la cultura ha tenido un repunte durante los últimos años, teniendo como participantes a adultos con 21 años en promedio, perteneciendo a este sector más de 30 millones de colaboradores en el mundo (Unesco, 2021).

La economía creativa engloba un conjunto de sectores que se dedican a la producción de actividades que generan valor cultural y económico; es decir, que dichas actividades tienen la capacidad de ser un instrumento de intercambio, generando valor en el proceso, satisfacen una necesidad y proporcionan en gran cuantía un valor cultural y expresivo. La economía naranja constituye una importante estrategia de negocio con un crecimiento sostenible acelerado, caracterizado principalmente por el dinamismo y la innovación que lo hace ser diferente a los demás sectores económicos. México y Brasil lideran en el sector creativo y cultural de Latinoamérica debido a que poseen vastos mercados en la región (Cepal, 2020).

La economía naranja se fundamenta en tres conceptos esenciales como lo son: la creatividad, el arte y la cultura; constituyendo estos la materia prima sobre la cual se desarrolla, sin olvidar los derechos de autor y conexos que se suman a la cadena de valor dentro de un ambiente creativo (BID, 2014).

La economía naranja toma importancia al ser una fuente de soporte al resto de las economías que se encuentran en los países emergentes, en el sendero que conduce a una mayor productividad y generación de valor, utilizando para ello herramientas de: diversificación, actualización de tecnología, innovación, investigación y desarrollo; también ser una fuente de procreación de empleos atractivos y de calidad con agradable ambiente laboral y que coadyuven a la creación de nuevas empresas, que tengan como objetivo principal incentivar la cultura, la creatividad y el arte e impulsen una mejora en el bienestar de los participantes.

La región centroamericana ha visto un crecimiento económico en sus países a través de las actividades de la economía naranja y han sido capaces de exportar servicios por 69.56 millones de dólares en el 2019, generando en ese mismo año la cantidad de 192 500 nuevos empleos. En Guatemala, la economía naranja produjo en el 2019, un monto de 886 millones de dólares y 33 761 empleos, contribuyendo en 0.65 % al producto interno bruto (PIB) de la nación. Para el 2020, los empleos directos fueron 50 637, con una facturación de 808 millones de dólares (año afectado por el covid-19) y durante los tres primeros trimestres del 2021, la economía creativa ha contribuido al PIB nacional en un 0.62 % con una facturación de 714 millones de dólares.

Sin lugar a duda, la economía naranja posee la fortaleza para aportar al PIB de los países del mundo, contribuir a una mejor calidad de vida, haciendo personas felices que podrán tener capacidad de pago y con empleos dignos y rentables. La expresión y la alegría contribuirán a la creación de sociedades más sanas donde se quiere vivir y vale la pena vivir debido a que las ideas, la cultura y la creatividad son aceptadas como motores de crecimiento económico y desarrollo sostenible.